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‘Comunicación Interna’

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Pongámonos en situación. Comienza el momento mágico en que tomamos el joystick, se enciende la Xbox, PS, Wii, o la Atari, no importa. Lo único que importa en ese momento es jugar. Nos sumergimos profundamente en el juego y ponemos el 110% de nuestra energía e inteligencia en lograr el objetivo final. Entonces, ¿por qué nos cuesta más cuando se trata de poner la misma energía en nuestra cultura organizacional?

Los juegos nos comprometen con algo muy intrínseco en cada uno. Ponen a prueba nuestra capacidad estratégica, nuestra resistencia al fracaso, la paciencia, y en definitiva, nuestro orgullo propio. Porque seamos honesto, nadie se vanagloria de no llegar al final del Call of Duty, o cerrar la historia en Watchdogs. Siempre, siempre queremos ganar. Y es ahí donde creo que los videojuegos actúan para sacar el máximo esfuerzo y el mayor compromiso.

Por esto, estoy seguro de que los videojuegos pueden enseñarnos al menos 4 lecciones de valor para la gestión de la cultura corporativa y la creación de equipos de alto desempeño.

1 – Perseguir pequeños objetivos que contribuyen al éxito general:

Si algo caracteriza a los videojuegos es que siempre tenemos un objetivo claro y que, a priori, parece muy simple de alcanzar. «Cruzar el río», «únete con tu escuadrón», «interactúa con los vecinos», son algunos de las pequeñas conquistas que tenemos que alcanzar. Y eso es precisamente lo que nos motiva. Suenan simples y fáciles, aunque después nos demos cuenta de que hablar con el señor que estaba en la otra esquina requería atravesar una calle con derrumbes, dos francotiradores, y llegar por la izquierda para que nuestro objetivo no salga huyendo y fracasemos.

Los pequeños logros claramente nos motivan porque desafían nuestro orgullo de campeón, y nos dan una recompensa inmediata: seguir avanzando en el juego. En el marco de la cultura organizacional necesitamos plantear esos simples objetivos que nos permitan ganar rápido, y dar el paso siguiente hacia la visión o gran propósito de la compañía.

2 – Saber cuándo esperar y cuándo mover:

Los videojuegos nos proponen un ritmo particular. A veces hay que dejar que avancen otros y cubrir la retaguardia, comprobar si un personaje es agresivo o no, esperando que interactúe con otro. En otras oportunidades hay que ser cabeza de lanza, asumir el riesgo y avanzar sin perder tiempo. Nuestro criterio es lo que nos permite determinar lo que haremos en cada momento, y el resultado de nuestra decisión nos dirá si hicimos o no lo correcto. Sea cual sea el escenario, los juegos nos proponen ser pacientes, sin que esto signifique no hacer nada.

3 – Siempre se puede volver y aprender del fracaso:

Sin duda una de las mejores maravillas de la vida gamer. Si nos fue mal en un objetivo, podemos volver una y otra vez a intentarlo, pero en cada oportunidad sabiendo algo nuevo que nos acerca más al objetivo. A veces, las situaciones que debemos superar para alcanzar el objetivo son tan complejas que, incluso frente a nuestro orgullo, estamos dispuestos a fracasar para poder 4 GRANDES LECCIONES DE LOS VIDEOJUEGOS PARA LA CULTURA ORGANIZACIONAL comprender cómo avanzar. Esta es una gran deuda de la gestión de los intangibles culturales: debemos darnos la posibilidad de fracasar. Si la innovación y la disrupción son la regla, tomemos con seriedad la posibilidad de fracasar, porque en el peor de los casos, habremos aprendido algo nuevo.

4 – Cooperar con otros:

Y es una de las más grandes conquistas del mundo de los videojuegos, porque hoy se juega en red. Y jugar en red significa escuchar a otros, colaborar con ellos por un objetivo común, y aprender juntos. De hecho, con  buscar algún foro gamer de referencia, Google nos devuelve más de 1,7 millones de resultados. La cooperación es innata en el hombre, y esto debe explotarse con urgencia en aquellas culturas organizacionales donde, aún hoy, prevalece el individualismo como regla. Cooperando, se consigue más porque se aprende más, y las fuerzas se sinergizan para cumplir los objetivos.

Si te gustó, podés seguir aprendiendo

En esta nota, te preguntamos: ¿qué convesaciones estas generando en tu organización?. Quienes trabajamos en la apasionante aventura de comunicar, hoy más que nunca, tenemos el deber y hasta diríamos la obligación de crear organizaciones con sentido y contenido.

En ABCOM somos expertos en el desarrollo de diagnósticos y auditorías. En este artículo te compartimos nuestro “secreto”, fruto de nuestros más de 21 años de experiencia.

Plan estratégico de comunicación

El auge de la comunicación en los últimos años es notorio. Pero como se dice habitualmente, no es cuestión de multiplicar los canales de comunicación, inundar de mensajes, llenar de campañas bonitas que adornan y dan color a los edificios. Cada empresa tiene una cultura, una misión, un por qué y un para qué,  que hay que conocer y respetar.

Sí, la comunicación está de moda. Se usa hacer campañas, tener carteleras, redactar revistas, vestir los ascensores y colocar carteles en el espejo del baño (excelente canal, por cierto!) con la campaña de turno. Sin embargo,  para nosotros es clave comprender que la gestión de la comunicación va mucho más allá del mensaje y de los canales, es mucho más que eso. La gestión de la comunicación es pensar y trazar una estrategia, con el objetivo de fortalecer la cultura, el ADN de la empresa.

Claro está que los canales son los medios que nos facilitan bajar a tierra la comunicación, pero el primer paso para que nuestros esfuerzos no sean en vano, es tener un plan.

¿Y cómo lo armamos?, ¿qué tiene que tener ese plan? y ¿quién lo genera?  Desde hace seis años veo nacer  y crecer estos planes estratégicos.  Y les aseguro que estos planes salen de los propios colaboradores: directores, gerentes, analistas, operarios. La clave es estar dispuestos a investigar y preguntar: ¿qué necesitan nuestros colaboradores y qué los motiva?, ¿qué necesitamos que todos conozcan en la organización?,  ¿cómo nos involucramos con el proyecto organizacional?, ¿por qué y para qué hacemos lo que hacemos?, y una decena de preguntas más que debemos hacernos según cuál sea nuestra cultura corporativa y los objetivos de negocio de la organización.

Veamos los 5 pasos que nos conducen a tener un buen diagnóstico para trazar un Plan Estratégico de Comunicación Interna a medida:

  • Voluntad y disposición: fundamental. La voluntad de exponerse a un diagnóstico de comunicación interna y atreverse a escuchar lo que la organización tiene para decir, es la clave del éxito. Aceptarlo y tomarlo para mejorar. Diseñar un Plan de Comunicación Interna que niegue la realidad puede ser peligroso.
  • Qué hay de bueno y qué hay de malo: identificar las fortalezas y oportunidades de mejora desde la perspectiva de quienes construyen día a día la organización asegura el diseño de un mapa de ruta eficiente para abordar las necesidades reales de nuestra gente. Debemos reconocer aquellos aspectos que limitan el desarrollo de los equipos y de la organización como la falta de comunicación de los mensajes clave, de la estrategia,  las barreras comunicacionales para el trabajo colaborativo entre áreas, pueden ser algunos de los indicadores clave para la acción. Fortalezas siempre hay, el desafío es potenciarlas y aprovecharlas al máximo.
  • Mirar la cúpula: para conocer el mapa del liderazgo de la compañía. Los líderes son transmisores de la cultura, los objetivos de la compañía, y del saber hacer. Si no es así nunca es tarde para capacitarlos y hacer que transmitan su entusiasmo por estar donde están, porque seguramente ese entusiasmo contagia. Hay que saber explotarlo.
  • Los medios: evaluar los canales de comunicación interna de la compañía en relación a su usabilidad y acceso, analizando también el tono de los mensajes que se comunican es un lineamiento básico para un diagnóstico completo. ¿Estamos llegando a todos nuestros colaboradores?, ¿estamos hablando en un mismo lenguaje?, ¿tenemos los canales más eficientes para llegar a nuestros diferentes públicos internos?, ¿garantizamos el acceso a la información que los colaboradores y los equipos necesitan? Son algunas de las preguntas que debemos responder.
  • El sincericidio: reconocer con valentía nuestra realidad comunicacional siendo sinceros al identificar no sólo nuestras fortalezas, sino nuestras debilidades más arraigadas en la cultura. Como decimos, en comunicación es más importante lo que el otro entiende que lo que uno quiere decir.

Si te gustó, seguí aprendiendo

Gracias a este análisis, a la apertura de la compañía para que la estudiemos, la analicemos y la comprendamos trazamos un plan acorde a su cultura que va a contribuir a mejorar su productividad, a lograr mejores resultados y a crear un mejor clima de trabajo.

El diagnóstico de comunicación interna y cultura organizacional es el punto de partida para sentar las bases del Plan Estratégico de Comunicación Interna, partiendo de un escenario actual hacia el escenario deseado. ¡Sólo hay que animarse!

No podemos confiar en quien nos prescribe algo sin diagnosticar. ¿Por qué hacer un diagnóstico en comunicación?

septiembre 10, 2014

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Por: abcom

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Tags: Comunicación Interna, generación Y, Liderazgo, recursos humanos

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Categorías: Recomendados

¿Quién tenemos delante cuando presentamos? Ese es el «quid» de la cuestión. Cuando armamos nuestras presentaciones tenemos que pensar primero en la audiencia. Esa es la simple receta del éxito.

¿El público siempre tiene la razón?

Sí. Rotundo y sin medias tintas.

Cada participante de la audiencia debería sentir que la presentación fue hecha para él.  Por eso, no cometamos el error de utilizar una misma PPT para distintos públicos. No es lo mismo presentar resultados ante el Directorio de la empresa, que ante todos los colaboradores de la organización.

Van algunos tips para que puedas adaptar y armar una comunicación en público exitosa en función de tus destinatarios:

▪          Presentaciones de negocio

-Utilizá los colores y tipografía aprobado por la organización a la cual harás tu presentación.  Si cuentan con un patrón de diapositiva utilizalo.

-Averiguá información de la empresa, hoy es sencillo acceder a ella.

-Cuidá tu vestimenta. Traje formal de negocios: para los hombres, traje y corbata, para las mujeres, trajes chaqueta, con falda o vestido y zapatos cerrados, nada de sandalias.  Vestimenta causal de negocios: Para los hombres, camisas de vestir con cuello sin corbata, con o sin  chaqueta, pantalones elegantes  cinturón de cuero y zapato cerrado, para las mujeres traje pantalón y zapato cerrado.  Si perteneces a una empresa que utiliza uniforme, cuidá que éste se encuentre en impecable estado y sea el aprobado por la organización.

-Si hicieras referencia a proyectos realizados en otras organizaciones, asegurate de no presentar información confidencial.  La organización que participa de tu presentación puede sentir que también se difundirá información confidencial de ellos, si trabajan con vos.

▪          Equipo de trabajo

-Utilizá el patrón de diapositiva aprobado por tu organización, en algunos casos cada área o proyecto tiene su propio patrón.

-El espíritu de la presentación es más relajado que una presentación profesional, de todos modos tené en cuenta tu imagen y el vocabulario que utilices.

-Agradecé a quienes te suministraron información que estés utilizando en la presentación.

-En todos los casos, si utilizás cuadros o gráficos, deben tener una referencia que sea clara para todos los participantes.

▪          Corporativas, regionales, internacionales

-Asegúrate utilizar el patrón de diapositivas aprobado por la organización.

-Siempre que utilices un video, recordá verificar que el contenido no sea mal recepcionado por los participantes que pertenecen a otras culturas.  Es importante que esté traducido al idioma de los asistentes.

-Sé cuidadoso con tu vocabulario y dicción, si tenés que hablar en otro idioma que no fuera tu idioma nativo.

-Evitá utilizar palabras que puedan prestarse a confusión.  En varios países de habla hispana un objeto no se nombra de la misma manera; por ejemplo manteca, mantequilla, grasa.

▪          Generación “Y”

-Las imágenes seleccionadas tienen que ser originales y llamar la atención.

-Sintética y dinámica.

-Es ideal que se estimulen la mayor cantidad de sentidos posibles.

Claves del éxito de los grandes oradores

Hagan el ejercicio el pensar en el mejor presentador que hayan visto hablar en público. Profesor, colega, jefe, directivo, personaje público. ¿Qué tienen todos ellos en común? Cuando armaban su presentación pensaron primero en nosotros, antes que en sí mismos. Nos dijeron cosas interesantes que queríamos escuchar, nos parecían interesantes y nos aportaban valor.

Un claro ejemplo de presentación exitosa que invito a todos puedan ver y analizar en detalle es el discurso de Steve Jobs en la Universidad de Stanford. La conexión que genera con  la audiencia, a través de las historias que narra centrándose en los intereses de los graduados es notable. El sentimiento con el cual impregna cada una de sus palabras. Les dejo el link  de esta presentación que perdurará en el tiempo, https://www.youtube.com/watch?v=haLr63GA3r4,  porque cumple con las claves que hacen la diferencia en las presentaciones:

▪          Transmitir seguridad y confianza.

▪          Conocer el tema de la presentación en profundidad.

▪          Dar contenido y estructura a la presentación.

▪          Practicar y controlar los tiempos.

▪          Interactuar con la audiencia.

▪          Decir cosas importantes y comprensibles para la audiencia.

▪          Cuidar y aprovechar la comunicación no verbal.

▪          Poner emoción.

▪          Ser UNO MISMO.

 

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septiembre 3, 2014

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Por: abcom

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Tags: BTL, campañas, Comunicación Interna, Ice Bucket Challenge

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Categorías: Recomendados

El BTL -muy conocido y alabado en el ámbito publicitario- representa las siglas below the line (por debajo de la línea), y reúne una serie de diferentes formas de comunicación alternativa a los del ATL (above the line) que utilizan los medios tradicionales. Ya sea mediante la intervención del espacio, acciones, o marketing directo; el BTL nos ofrece atractivas, impactantes y no menos importante, formas de comunicación que nos permite dirigirnos a un target muy específico.

Otro de los aspectos positivos del uso del BTL, es que no necesariamente se sostiene mediante grandes producciones, sino que la estrella de este modo comunicacional es la creatividad. De esta manera, el presupuesto asignado a una campaña, no suele ser la traba principal a la hora de optar por aplicar las diferentes propuestas que el BTL nos ofrece.

La resistencia, generalmente, viene por el temor a que nuestro público objetivo no tenga la capacidad para interpretar correctamente la campaña.

Argentina está ubicada dentro de los países más creativos del mundo. Inclusive muchos extranjeros vienen a formarse o especializarse en el tema. Es lógico deducir que para poder desarrollar estas campañas publicitarias, galardonadas mundialmente por su creatividad y nivel conceptual, el público tiene que estar a la misma altura.

Como hablábamos en nuestro artículo “Cinco consejos para que tu campaña sea wow”, es notable como cuesta modificar esta premisa cuando creamos campañas de comunicación interna. Y esto hace que perdamos la posibilidad de producir campañas capaces de generar una mejor y mayor penetración y recordación del mensaje.

Otra preocupación que surge son las malas interpretaciones, y otra vez te decimos, “el que no arriesga no gana”.
Un claro ejemplo de BTL que en estos días tuvo una importante viralización a nivel mundial, fue el caso del “Ice Bucket Challenge” (“Desafío del balde de agua fría”), una acción de bajísimo presupuesto, que inclusive involucra al destinatario y que genera una reacción en cadena. La campaña cuyo objetivo es concientizar sobre la Esclerosis Lateral Amiotrófica , consiste en:

1- Tirarse un balde de agua helada.
2- Subir el video donde se ve esta acción.
3- Donar 10 dólares para la investigación de esta enfermedad.
4- Y retar a otras tres personas a hacer lo mismo.

Todo esto dentro de las 24 hs. Quien no acepta el desafío o se le vence ese lapso de tiempo, deberá donar 100 dólares en lugar de los 10 inciales.

Sólo entre el 1° de junio y el 17 de agosto más de 28 millones de personas participaron entorno a esta campaña vía Facebook, y más de 2.8 millones subieron videos relacionados.
Mientras que en Twitter se postearon 2.1 millones de tweets entre el 29 de julio y el 15 de agosto. (Podés ver las métricas acá)
En contraposición, y a una escala imperceptible, surgieron una serie de imágenes desafortunadas, en contra de esta campaña.

 

El desafío es entonces, ¿nos perdemos de generar campañas de alto impacto, identificación y recordación por temor a un posible pitufo gruñón? ¿U optamos por jugarnos por el resto? Después de todo, siempre van a existir diferentes maneras de interpretar una campaña, el balance habrá que hacerlo entre ganancia y pérdida.

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Una de las cosas que siempre me llamó la atención de las grandes compañías, es la preocupación que les generan las encuestas de clima laboral. Incluso veo con cierta preocupación que se ha tornado en un tópico más importante que el engagement cultural de los colaboradores. Y créanme, se puede tener un excelente clima laboral y cero identificación cultural, pero es imposible que ocurra lo inverso.

En casi todas las compañías las áreas de recursos humanos se enfocan en fortalecer sus programas de beneficios y el desarrollo de los liderazgos de su management. Y sin duda está muy bien. El problema es que no logran capitalizar los esfuerzos para hacer crecer el sentido de pertenencia e identificación de los colaboradores con la cultura y el propósito organizacional.

A pesar de los buenos resultados que obtienen en las encuestas de clima laboral, la identificación de los empleados con la compañía, en general, sigue siendo baja. Y esto ataca directamente a los niveles de productividad de la organización.

La cuestión es simple. Cuando lo único que mantiene contentos a los colaboradores es un buen sueldo, sillones cómodos, una mesa de ping-pong y los viernes cortos, el desarrollo del compromiso organizacional pende de un hilo. La coyuntura político económica, el mercado, la competencia, y otros cien factores más, pueden destruir de un zarpazo todo lo sembrado.

Lograr el engagement cultural tiene al menos 3 pasos elementales:

Desarrollar la identificación con la visión de la organización: básico ¿no? Ahora por favor vaya y pregúntele al primer colaborador con el que se cruce por qué trabaja en la compañía. Las respuestas lo pueden llegar a sorprender.

Construir el modelo de liderazgo organizacional coherente con el propósito de la compañía: no importa si se trata de liderazgo servicial, afiliativo, coercitivo o cualquier otra de las categorías que aparecen en los mil millones de libros sobre liderazgo. Lo importante es crear líderes coherentes sólidos, con la capacidad de hacer que sus colaboradores se desarrollen y ayuden a desarrollar el propósito de la organización.

Multiplicar la estrategia del negocio y sus valores: multiplicar es poner en acción, es pasar de la reacción a la acción responsable. Crear un ambiente proactivo cimentado sobre los valores organizacionales y una estrategia claramente identificable generan niveles de productividad realmente altos. ¿Por qué? Porque no es necesario decirle a la gente qué hacer, cómo hacerlo y para qué. Multiplicando y contagiando, nuestros colaboradores saben qué se espera de su contribución a la compañía, y más aún, saben lo que pueden hacer para cumplir el propósito final de la organización y la importancia de su total entrega al proyecto.

Sin duda hay que seguir trabajando en el clima interno, mejorando los beneficios y los programas de capacitación para que estén más cerca de lo que nuestros colaboradores desean y necesitan. Simplemente, no hay que olvidar que un empleado que se identifique a fondo con el propósito organizacional, y sus valores, no sólo estará feliz por ser parte de la compañía, sino que actuará como si él mismo fuese el dueño.

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Cuando hablamos de empresas transparentes es muy común que las miradas sean dirigidas, en mayor medida, a elementos relacionados con códigos de ética, reportes financieros y rendición de cuentas. Sin embargo, la cultura de la transparencia comienza por casa.

Una de las dimensiones en las que se sustenta la reputación corporativa es su capacidad de generar confianza. Por este motivo, toda institución debe ser muy cautelosa al momento de comunicar sus políticas y caminar sus valores. La coherencia entre el decir y el hacer es una exigencia que la sociedad en su conjunto está demandando de todas sus instituciones. Esta demanda es aún mayor por parte de los colaboradores de la empresa, quienes la conocen desde adentro en su cotidianeidad.

Un trabajador que es testigo día a día de prácticas internas deshonestas no estará convencido de la ética de la organización, por más que ésta publique impecables reportes para demostrar el cumplimiento de sus políticas. Es en esta instancia cuando la ética se vuelve un tema delicado para la comunicación, y cuando la comunicación se vuelve clave para crear una cultura transparente.
Para que las políticas de compliance no se conviertan en un discurso vacío en la práctica cotidiana de los líderes de la organización, el primer paso es evaluar cuán genuino es lo que deseamos comunicar y con cuánta fidelidad las acciones acompañan las palabras.

La ética interna no se ejerce sólo con respetar las normas legales de contratación de los empleados. Comienza por considerar el valor único de cada colaborador y respetarlo en su condición personal, no sólo laboral. Descubrir y desarrollar el potencial y el talento de cada colaborador y respetar su derecho a una vida equilibrada, que no propicie el éxito laboral en desmedro de su vida familiar y social.

Aunque resulte extraño escuchar esto en un contexto en el que tanto se habla de work-life balance, el número de organizaciones que en la práctica no lo aplican es alto. El mejor modo de comunicar internamente políticas de transparencia y ética es con más hechos y con menos palabras.

Una empresa transparente es una organización que no tiene nada que ocultar, que siente que sus acciones y procesos pueden mejorar y no se cierra sobre sí misma sino que busca la mirada de sus stakeholders para evaluar su gestión. Una cultura de la transparencia se apoya en valores y metas compartidas, no en discursos impuestos. Si tenemos en cuenta que la cultura es una forma de interpretar la realidad y de accionar, para tener una empresa ética es necesario construir una cultura ética y basada en la confianza.

La comunicación es el proceso mediante el cual se difunde e instala la cultura. Pero para que esto suceda debe haber coherencia entre las palabras y los hechos. Los líderes de la organización tienen que ser los primeros en actuar de modo correcto, predicando con el ejemplo. Los colaboradores sólo creen en mensajes que se sustentan en los hechos y sólo confían en aquellos líderes que construyen un entorno íntegro desde sus acciones cotidianas. El reconocimiento de los logros, la comunicación clara de los objetivos, la cordialidad en el trato diario y el buen clima de trabajo son pasos fundamentales para desarrollar una cultura transparente y ética que sea sustento para la realización y comunicación de buenas prácticas empresariales.

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“Cuando yo tenía seis años vi en un libro sobre la selva virgen que se titulaba ‘Historias vividas’, una magnífica lámina. Representaba una serpiente boa que se tragaba a una fiera. En el libro se afirmaba:…“

Si, ya sé. No está bueno interrumpir el cuento así. Desde los orígenes de la humanidad, la principal herramienta de transmisión de conocimiento ha sido el “contar historias”. Y es que, aunque no nos hayamos detenido a pensar en esto, estamos biológicamente programados para escuchar relatos y emocionarnos con ellos. ¿Y esto qué tiene que ver con el mundo corporativo? Veamos.

Esta condición natural del hombre podemos aprovecharla en nuestras estrategias de comunicación interna. El storytelling es una disciplina que permite a las compañías destacar y captar la atención de sus empleados de una forma cercana. Se trata, nada más ni nada menos, que de contar historias para conseguir un impacto mayor y más duradero. Los relatos nos movilizan a partir de recurrir a sensaciones conocidas que nos convierten en protagonistas: nos invitan a imaginar y comprender desde nuestra propia visión del mundo. Por eso, la narración sigue ejerciendo un efecto en su audiencia una vez finalizado el mensaje.

Las historias sirven de inspiración y de plataforma para nuevas ideas, nuevas conclusiones, interpretaciones y ramificaciones del pensamiento.

¿Cuál es la historia de la empresa? No, no, además de esa historia. ¿Cuál es la historia viva de la empresa? La que se cuenta por los pasillos y se reproduce en cada persona, cada día. ¿Cuál es? ¿Cómo es?

Nos sentimos parte de la acción cuando podemos vincularla con nuestras experiencias personales, es lo que llamamos nivel de identificación. Es por eso que para emocionar a la audiencia interna, primero hay que conocerla bien.

Por esto me gustaría compartir con ustedes estas 5 recomendaciones para animarse al storytelling:

 1. Escuchar, escuchar y volver a escuchar: para reconocer cómo y de qué se habla en nuestra empresa, qué motiva a nuestra gente.  Nada mejor que fomentar el cara a cara, dialogar y proponer espacios de interacción.

2. ¡Seamos creativos!: estamos saturados de información, nuestra comunicación tiene que ser diferente. El lugar de trabajo de cada día es un espacio con características, códigos y lenguajes propios que debemos conocer e interpretar.

3. Sostenerlo en el tiempo: planificar y calendarizar los mensajes, trabajar para dotarlos de la armonía y musicalidad que toda buena historia tiene, haciendo que nuestros colaboradores sepan que cada mensaje será especial y, sobre todo, que está dirigido exactamente a ellos.

4. Vincular los mensajes clave a las emociones: olvidamos los datos duros, pero permanecen en la memoria las historias que nos han emocionado. Porcentajes o índices deseables pueden ser contados en relación a las posibilidades emocionales que conllevan: mejor calidad de vida, autodesarrollo, influencia en los clientes y un amplio etcétera.

5. Darle voz a las personas: una buena historia se cuenta mejor en la boca de sus protagonistas, la hace más real, más posible y más motivadora. Naturalmente le creemos más al que tenemos al lado, al que es como uno.

Aplicar acciones de Storytelling no es ni simple, ni demasiado complicado. Sólo se requiere un poco de creatividad y conocer a fondo a nuestra gente. Si conseguimos que los mensajes clave logren una conexión emocional, entonces sabremos que nuestras palabras se convirtieron en contacto.

¿El cuento de la introducción? “El Principito”, dicen que hay que leerlo en tres distintas etapas de la vida porque despierta nuevas y distintas emociones.

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julio 30, 2014

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Por: abcom

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Tags: Comunicación Interna, cultura organizacional, Estrategia

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Categorías: Recomendados

Si existiera un ranking de líderes que no se caracterizan por tener buen carácter, Steve Jobs estaría en esa lista. Es más, seguramente ocuparía una posición de privilegio en el top ten. El mismo dijo alguna vez que sabía de su fama de malhumorado, pero “no conocí a nadie que se haya ido de Apple por esto”. Entonces, ¿qué hizo que Apple genere un fanatismo extremo entre sus empleados y los amantes de la marca? Creo que el poder de la comunicación puede ser una de las claves.

Si Jobs hubiese trabajado en comunicación interna, seguramente habría sido un defensor acérrimo de los principios que internalizó en su propia compañía. A continuación van algunos de ellos:

CONCENTRARSE EN LO IMPORTANTE: la sobre-comunicación es tan nociva como la incomunicación, y sin embargo en más de una compañía se disputan estos extremos. Concentrarse en lo importante es, ante todo, tener la certeza estratégica de saber qué comunicar en el momento preciso.

Dicen que el CEO de Apple se reunía con su gente para hacer una lista de temas sobre los que era necesario trabajar, y luego de recibir todos los aportes comenzaba a tachar temas de la lista hasta dejar sólo una terna sobre los que realmente era importante ocuparse. Lo mismo podemos hacer con la comunicación interna para no generar un caos de información en nuestros colaboradores. Lo importante es reconocer los mensajes clave que la organización quiere y necesita comunicar en cada momento.

SIMPLIFICAR LOS MENSAJES: las personas tenemos una capacidad limitada para absorber información. De hecho, cuando hablamos de comunicación interna, la atención y la memoria selectiva funcionan de modos aún más extremos. Simplificar significa entonces dar con el tono correcto de la comunicación, y darle predominancia al mensaje clave que se quiere compartir.

Esto no es desatender la creatividad, por el contrario, es detenernos en la última pregunta de todo proceso de comunicación ¿el mensaje llegó a destino y se resignificó de la manera deseada? La magia de los productos de Apple no está puesta en su tecnología de punta, o en su diseño innovador, sino en la facilidad de uso que tienen, y que hace que sus clientes y empleados sientan que tocan el cielo con las manos al estar cerca del mundo de la manzana. Simplificar los mensajes es eso: hacerlos simples y comprensibles para nuestro público interno.

FOMENTAR EL CARA A CARA: por donde pasó Jobs los espacios se tornaron colaborativos. Sin ir más lejos, Pixar fue un emblema de la importancia que Steve le daba al encontrarse y reunirse. Y sin duda en una época tan mediatizada como la nuestra, el reclamo de generar mayores espacios de intercambio cara a cara cobra una relevancia absoluta. Es necesario desacralizar el mail como herramienta certificadora de comunicación, y volver a confiar en el valor de la palabra y las personas.

Para esto, el contacto interpersonal es la herramienta por excelencia. Me ha tocado ver y ser protagonista de la confección de e-mails kilométricos que podrían haberse resumido en una reunión de 30 minutos. Hay que volver al cara a cara, porque es la única manera de recuperar la confianza y fomentar la colaboración en tiempo real.

MANTENER EN ALTO LA VISIÓN: es el mensaje clave por excelencia y que tantas veces se pierde a expensas del día a día. Cuando una organización logra mantener la visión en top of mind de lo que comunica, es cuando alcanza el involucramiento de todos sus colaboradores. Porque es ahí donde el ejemplo, las conductas y los comportamientos de cada una de las personas que hacen a la compañía cobran sentido y se ve reflejado en sus actos, en sus modos de hacer, de hablar. Apple y su “think different” son el vivo ejemplo de esto.

Creo no equivocarme al decir que Steve Jobs no fue el comunicador interno modelo, pero es innegable que contagió de energía y perfeccionismo a toda una organización. Y en definitiva eso es lo que busca la comunicación: transformar ideas en acciones y acciones en conductas.

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Sembrar una idea. Generar un punto de inflexión en la cultura organizacional, es uno de los principales desafíos, si no el primero. Que afrontan todas las compañías que se embarcan en un proceso de change management. Y para esto no basta con tener sólo el compromiso del comité ejecutivo. Es necesario, esparcir la visión y la motivación del cambio en toda la organización, viralizarla, cultivarla, y generar las condiciones necesarias para sembrar y recoger los frutos del compromiso asumido por todos.

Uno de los principales inconvenientes que aún persisten en cientos de compañías está directamente relacionado con la incapacidad de generar una amplia Red de Agentes del Cambio. La idea transformadora y la voluntad de cambio quedan resumidas a unas cuantas reuniones de Directorio, o en el mejor de los casos, a una serie no menor de management meetings. ¿Pero qué pasa con el resto de los colaboradores?,  ¿qué sucede con la base de la pirámide organizacional?

En mi experiencia, el verdadero desafío está en identificar con claridad quiénes serán nuestros principales aliados para impulsar la transformación, y ganar su compromiso para crear un mantra que impulse la idea de cambio.

Inspirar el cambio, sembrar la idea y cosecharla no es algo que pueda hacerse con la simple ejecución de una estrategia top-down. Se necesita crear una red de colaboradores que contribuyan a comprender los momentos del proyecto. Que sean ellos quienes conozcan de primera mano el terreno en el que vamos a cultivar y hacer crecer nuestra idea. Y para esto es necesario incluir a líderes del cambio, que sabemos que existen, de todas las líneas de la compañía.

De esta manera, una Red mínima de agentes del cambio debería contar entre sus miembros con: Imagen cargada

–       Agentes inspiracionales o agricultores de ideas:

Son los creadores, los genetistas de la idea. Las personas que entienden y tienen las mayores convicciones sobre el cambio, el porqué del mismo, y fundamentalmente, la seguridad acabada de que es posible llevarlo a cabo. En general, los mejores referentes de esto son el CEO y su equipo de directores y los gerentes más comprometidos con la visión de futuro de la compañía, y esto no sólo por su posición en la pirámide organizacional, sino porque pueden imaginar proyecciones que escapan al corto o mediano plazo.

–       Agentes motivadores o cultivadores de ideas:

Son los aliados estratégicos en el campo, representados por personas con un alto grado de identificación con la compañía. Y con la capacidad de ser vistos como “el ejemplo a seguir”. En otras palabras, son los que demuestran que la idea que se está impulsando es posible, además de beneficiosa para la gente y la compañía.

–       Agentes replicadores o viralizadores de ideas:

Son los colaboradores más cercanos a la operación en el día a día. Se caracterizan por tener un alto grado de confianza entre sus colegas y por estar dispuestos a acompañar las iniciativas que la compañía pone a disposición para crear las condiciones del cambio. A través de ellos, las ideas se transforman en hechos reales y observables, que luego serán comunicados como la prueba viviente de que lo propuesto es posible.

La interacción eficiente de esta Red de Agentes de Cambio. Con el apoyo certero de un plan estratégico de Comunicación Interna, representan la piedra angular que nos permitirá pasar de la idea a la acción. En definitiva, sembrar una idea no busca otra cosa que, con el tiempo, transformar las acciones en conductas y comportamientos que hagan a la compañía más eficiente, eficaz, innovadora y productiva.

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Si te interesa saber más de temas de cambio cultural en organizaciones. Aprende más en estas notas. Crear organizaciones con sentido y contenido, Los videojuegos en la cultura organizacional.

INFORME CONVIVENCIA GENERACIONAL: PRIMERA PARTE

El concepto de felicidad, nuestro propósito en la vida, ocio, trabajo, tecnología.

X, Y, Baby Boomers, generaciones que conviven en las organizaciones y se rigen por distintos parámetros.

Cómo dar respuesta o satisfacer los deseos de estos públicos que protagonizan las escenas de la empresa, es una de las preguntas que desvela a Recursos Humanos.

Desde nuestra perspectiva de comunicación interna, la clave es la segmentación y otro tanto por qué no la adaptación del mensaje de acuerdo al espectador que se quiera cautivar.

Estrategia, coherencia y continuidad

Evolución. Crecer y avanzar tiene que ver con aceptar todas las cosas buenas que traen las mismas generaciones y adaptarnos a esa nueva realidad, sin perder nuestra esencia organizacional o personal. Escuchemos sus deseos y necesidades y tratemos de darles respuesta. Ahora bien, por calmar la ansiedad de nuestros futuros líderes no descuidemos los intereses de quienes hoy llevan adelante la compañía.

Por eso les aconsejamos que desde los departamentos de Recursos Humanos y Comunicación pongan en marcha un programa integral con un objetivo claro de motivar las distintas generaciones que conviven en la organización. Es necesario que cada acción o iniciativa que se plantee pensada para motivar, atraer o retener a los colaboradores X, Y o Baby Boomers esté dentro de una estrategia mayor que le dé coherencia y continuidad al programa.

Además, debe darse continuidad a las acciones que se inician. Por ejemplo, si realizo un diagnóstico de Comunicación y Cultura, luego debo comunicar a mis colaboradores los principales resultados del estudio y lineamientos sobre los cuales se trabajará para dar respuesta a dichas cuestiones. Hay muchos casos de compañías que realizan las mismas investigaciones año tras año sin compartir con la gente nunca las conclusiones, y menos aún actuando como si hubieran escuchado algunos de los pedidos surgidos de las entrevistas con cada grupo etario.

Comunicación y beneficios a medida

Segmentación. Justamente los diagnósticos antes mencionados, que pueden llevarse a cabo en forma cuantitativa a través de encuestas y cualitativamente a través de focus groups, es una excelente metodología para conocer, deseos y motivaciones de cada grupo que tenemos en la empresa.

En pos de recabar esas conclusiones, recomendamos armar estas entrevistas grupales con colaboradores que pertenezcan por ejemplo a la misma generación, o hayan ingresado a la empresa en un período de tiempo similar, o pertenezcan a una misma categoría profesional o cargo, o sean empleados que hayan sido identificados con alto potencial.

Beneficios. Este tópico es uno de los ejes que suelen aparecer espontáneamente, aunque uno no desee instalarlos en la entrevista grupal. Por eso, debe aprovecharse esta instancia para distinguir preferencias en cada generación que luego sirva al área de Compensaciones para adecuar su Plan de Beneficios consecuentemente. Una respuesta ideal, y muy bien valorada por las empresas en las cuales se ha implementado, es un sistema de Beneficios Flexibles. En dicho programa, el colaborador tiene la oportunidad de optar entre ciertos beneficios fijos que brinda la empresa y otros opcionales que podrá elegir en función de sus intereses.

Ese es un claro ejemplo de cómo escuchar a las generaciones y responderles en consecuencias, de forma que todos salen ganando. Es un claro win-win para el empleado y la organización, ya que todos están más a gusto y llegan a valorar la inversión que se hace en ellos, y el negocio no pierde plata con iniciativas que no son tenidas en cuenta por los colaboradores, generando así también un mejor clima de trabajo y ganando en productividad.

En nuestra próxima nota analizaremos en detalle cada una de las generaciones y formas concretas para motivarlas. No te lo pierdas!

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