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‘Gestión de la comunicación’ Category

La semana pasada brindamos el primer Workshop de CI a los Referentes de Comunicación Interna del Banco Ciudad, y en esta nota te contamos cómo llenamos de entusiasmo a los colaboradores sobre su nuevo rol, utilizando el juego como estrategia.

Porque comunicar no es tan NATURAL como parece, les propusimos a los presentes que detectaran las características más importantes que debe tener un referente de comunicación interna para transformarse en un Súper Referente.

El trabajo en equipo posibilitó no sólo el intercambio de ideas, sino también de risas y apoyo mutuo, generando un espacio de integración para los colaboradores de distintas áreas.

“Ultra feedback activado” y “Si tiene un problema de comunicación, el Súper Referente tiene la solución” fueron algunas de las frases elegidas para identificar a estos Súper Héroes de CI, y los atributos principales de su labor:

  • actitud positiva, acompañada de escucha activa y trabajo en equipo.
  • la misión de ser nexo entre sus compañeros y los niveles jerárquicos de la institución.
  • comprender la importancia de formar parte de un plan mayor, y que sus acciones son fundamentales para mejorar la institución.

 

El juego, y sus infinitas posibilidades de creación, es una herramienta eficaz para desarrollar y fortalecer la integración de los equipos de trabajo. Posibilita y sugiere un debate en un tono distendido, insumo fundamental a partir del cual se generan ideas y se puede medir el clima interno.

Los adultos que juegan pueden seguir creciendo…

De acuerdo con  el doctor Stuart Brown, director del Instituto Nacional del Juego en EEUU,  algo que “tienen en común los ganadores de premios Nobel, empresarios innovadores, artistas e intérpretes, y los mamíferos más exitosos en adaptarse al entorno” es que juegan con entusiasmo durante toda su vida.

Promover este tipo de actividades podría resultar un aporte innovador para la organización y para sus miembros. La actividad lúdica nos vuelve más jóvenes, proporcionando descanso, alivio y distención, permitiéndonos tomar distancia de nuestras preocupaciones, lo cual nos deja la mente más fresca y abierta para pensar nuevas y mejores ideas.

Abrí las puertas de tu empresa a la vitalidad, el optimismo, la innovación, la empatía, el aprendizaje, la cooperación y el sentido de pertenencia, estos son los beneficios que trae aparejados una buena dinámica de juego.

 

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Nota: “El juego, tan importante en la niñez como en la vida adulta” http://www.ecolife.co/index.php/ecobienestar/167-el-juego-tan-importante-en-la-ninez-como-en-la-vida-adulta

La cartelera es el medio de comunicación interna más común y utilizada en cualquier compañía. Es un canal efectivo y de gran llegada, siempre y cuando esté ubicada en un lugar estratégico: concurrido por los empleados y de fácil acceso visual. La forma de utilizarla correctamente es realizar una actualización periódica de la información publicada en la cartelera; si esta herramienta no renueva constantemente la información que brinda, se vuelve un canal obsoleto y pierde su eficacia.

Ahora bien, una vez terminado ese primer párrafo introductorio casi de manual de secundaria, pongámonos por un minuto en abogados del diablo y analicemos: ¿La cartelera es realmente la herramienta de comunicación más eficaz para los empleados de mí empresa? ¿No será este un canal ya obsoleto en el siglo XXI y el auge del entorno digital?

En la actualidad la venta de diarios ha caído marcadamente, la gente prefiere leer las noticias en internet. La información es más dinámica, los medios audiovisuales adquirieron una relevancia enorme y todo indica que este es el camino que seguiremos recorriendo como sociedad. Esta tendencia hacia lo digital y lo audiovisual también llegó obviamente hace rato a la comunicación interna y hoy en día muchas empresas han reemplazado las carteleras por monitores: las noticias para los empleados ahora se muestran en pantallas, en animaciones con texto, imágenes e inclusive música. Nos olvidamos de imprimir en papel (¡punto a favor en sustentabilidad!) y podemos ofrecer un canal de comunicación más llamativo y a tono con los tiempos que corren.

Si bien esta opción parece ser más atractiva y aggiornada, también tiene sus contras. En primera instancia esta herramienta parece más costosa y compleja que la tradicional cartelera. Es una inversión que una empresa tiene que realizar con conciencia y entender que probablemente rinda sus frutos en un mediano o largo plazo. A su vez, no está de más decir que no sólo se necesita de la tecnología (computadoras, monitores, etc.) para desarrollarla sino también del personal idóneo para manejarlo y actualizarlo.

Entonces, ¿cartelera o pantallas? Es seguro que no hay una respuesta válida para todos los casos. Cada empresa es un mundo, y un canal de comunicación eficiente para una compañía puede tranquilamente no serlo para otra. Quizás para una compañía tradicionalista, con trabajadores de mayor edad acostumbrados toda su vida a tomarse un café en el pasillo en sus 5 minutos de descanso y voltear su cabeza para leer la cartelera cada día o cada semana, un monitor no sea un cambio necesario ni una herramienta de mayor impacto.

Simplemente, es bueno saber que cada día tenemos más elementos a nuestra disposición para implementar y mejorar los canales de comunicación y de intercambio con nuestros empleados. Lo importante siempre es tratar de hacer un análisis y una investigación sobre las costumbres, actitudes e intereses de la gente para poder decidir cuál herramienta es la que se adecúa más a las necesidades de mi empresa.

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A ¿Quién vino primero, el huevo o la gallina? Y ¿Por que «separado» se escribe todo junto y «todo junto» se escribe separado? Muchos le suman la pregunta ¿qué es la comunicación interna? Pero a esta incógnita de las organizaciones le sigue ¿para qué sirve?

Si bien las primeras dos quedarán en el tintero, mucho se ha dicho a cerca de las últimas incógnitas planteadas; y es que cuando hablar de comunicación hacia el interior de las organizaciones se trata, existen teorías que van desde divinizar a la CI hasta el decir que “no sirve para nada”.

Sin embargo es seguro que aquellos adeptos a la última aseveración, cambiarían de opinión si vieran lo transformador que es este elemento, una vez que abraza a una organización y actúa estratégicamente en ella.

Para el experto Francisco Fernández Beltrán la comunicación tiene una función determinante, ya que es el principal vehículo de transmisión de la cultura; casi el único modo en que se comparte entre los miembros de la organización; e incluso una de sus principales vías de generación.

Y es que como explican los especialistas Alejandra Brandolini y Martín González Frígoli las organizaciones comunican en todo momento, desde cuando emiten un mensaje hasta cuando callan. Por eso es importante no dejar librada al azar la comunicación de una compañía; ya que también un vacío de comunicación puede ser completado, tendiendo a la generación de rumores.

La evidencia del aporte de la CI, no sólo puede ser encontrado en los estudios de los teóricos y especialistas sino en numerosos análisis realizados en el mundo.

Un ejemplo se dio en 2013, cuando la organización The Employee Engagement Task Force evidenció la conexión entre el comprometer al empleado y los resultados de la organización en empresas del Reino Unido. Este trabajo dividió en cuatro cuartos a las organizaciones en función mayor o menor puntaje de compromiso de sus empleados.

Son importantes los alcances conseguidos ya que hablan de los beneficios económicos de la CI, es decir deja ver que más allá de poder ser considerada una disciplina blanda, bien aplicada puede mejorar/incrementar los resultados de una empresa. En efecto, el estudio arrojó que aquellas compañías con puntajes de compromiso que estaban en el 25% superior a las demás obtenían:

  • El doble de la ganancia neta anual que las que no estaban en ese nivel.
  • 2,5 veces mayor crecimiento de ingresos que aquellas en el último cuarto.
  •  12% más alto en cuanto a satisfacción del cliente que aquellas en los otros cuartos.
  •  18% mayor productividad que las demás.
  • Un ratio de rotación de personal del 40% menor al de las empresas con niveles de compromiso bajos.

La evidencia de la importancia de la CI, también puede verse en estudios realizados en Argentina, donde por ejemplo la Asociación Argentina de Comunicación Interna en 2011 encuestó a 126 gerentes y jefes de área de 96 empresas acerca de las expectativas de mercado en CI donde el 56% de los encuestados eligió la opción de “mejorar la comunicación interna entre las áreas”.

En otro estudio realizado ese mismo año al mismo público, sobre el impacto de la comunicación informal: el 92% afirmó que el nivel de rumor es “medio”, “alto” y “muy alto” y el 76% que estos rumores “suelen versar sobre temas negativos o dañinos”.

Los encuestados además manifestaron que las causas principales que dan origen a los rumores están dadas por: “falta de información”, “no comunicación”, y “falta de claridad”. Estos datos son relevantes porque impactan en la organización, como indica el estudio; el 80% sostuvo que el rumor influye “”mucho” y “bastante”, y provocan efectos negativos como “daño en el clima laboral”, “pérdida de confianza”, “general malas relaciones laborales” y “lastima la imagen y reputación de la empresa”. Lo preocupante es que el 50% de los encuestados manifestó que la estrategia que adopta la gerencia para combatirlo es “minimizar” el hecho.

Ya sabemos qué es la CI, pero para responder aún mejor a para qué sirve, hay que enfatizar el impacto que tiene sobre los resultados de la empresa en su conjunto; en palabras de Sheila Parry directora del Instituto de Comunicación Interna del Reino Unido “el objetivo final de todo este esfuerzo es: empleados que quieren quedarse, que actúan como defensores y ponen su esfuerzo voluntariamente. Este es un poderoso resultado en términos de crear grandes condiciones para un éxito sostenido, y está siendo logrado por las organizaciones con los mejores rendimientos”.

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Fuentes:

  • Asociación Argentina de Comunicación Interna [en línea]. El impacto de la comunicación informal y los rumores en las empresas argentina. Jul. 2011- . [consulta 05 abr. 2015]. <http://www.aadeci.com.ar>.
  • Asociación Argentina de Comunicación Interna [en línea]. Las áreas de comunicación interna de las empresas, ¿miden su gestión?. 2012- . [consulta 05 abr. 2015]. <http://www.aadeci.com.ar>.
  • BRANDOLINI, Alejandra y GONZÁLEZ FRÍGOLI, Martín. Comunicación interna. 1ª ed. Buenos Aires: Ed. La crujía, 2009. 128p.
  • FERNÁNDEZ BELTRÁN, Francisco. La gestión de la comunicación interna. Valencia: Universidad de Jaume (Tesis doctoral), 2007. 785 p. [consulta 02 abr. 2015] <http://www.fernandezbeltran.es/>.
  • Marketing magazine [en línea]. Londres: Employees come first, customers second, 2012. [consulta 04 abr. 2015]. <http://www.marketingmagazine.co.uk>.
  • PARRY, Sheila. The lines of communication. Training Journal [en línea]. 2013, junio, p. 44-48. [consulta 03 abr. 2015]. <https://www.trainingjournal.com/articles/feature/lines-communication>.

La evolución de las tecnologías y el desarrollo del entorno digital, entre otros factores, ha incrementado el número de conexiones entre los diferentes grupos de interés que conforman la reputación de nuestras empresas e instituciones.

Cada vez más , los usuarios interactúan con las empresas exigiendo contenido personalizado y cierto grado de utilidad en lo que el proveedor tiene para ofrecer en cuanto a contenido. Un desarrollo visual atractivo y una presencia online continua e útil, parecen ser premisas ineludibles para los tiempos que corren.

El mundo cambia, evoluciona y las empresas deben  transformarse y adaptar sus estructuras y funcionamiento a esta nueva realidad. La internacionalización de sus productos y servicios, y el conocimiento de la realidad multicultural y de un entorno cada vez mas orientado a lo digital implican urgentes cambios organizativos.

En este sentido, y teniendo en cuenta que en 2015 el contenido web leído desde dispositivos móviles asciende al 80%, las empresas deberán prestar especial atención a su gestión y posicionamiento en redes sociales, al desarrollo de sus sitios web y a la experiencia de usuario. Todos factores claves para el éxito de una estrategia a la largo plazo.

Estos nuevos escenarios no sólo imponen repensar la estrategia de comunicación, si no también la incorporación de ciertas prácticas profesionales como el comunnity management, el responsive design y las estrategias de marketing online.

Lo realidad digital parece haber llegado para quedarse, y debe ser una parte constitutiva del plan de acción comunicacional para garantizar su perdurabilidad y éxito.

Seguí aprendiendo

¿Se acuerdan de aquellos tiempos en que guardábamos archivos en un disquete? El desafio de subirse a la nube Nunca nos imaginábamos computadoras sin disqueteras y mucho menos sin puerto usb,

En la nota “Practicá la comunicación segura” encendimos la mecha sobre la importancia del brief. ¿Te quedaste con ganas de conocer las maravillas que puede lograr ese simple documento? Bueno, nos parece que ya es momento de develar el misterio y contarte sus beneficios y cómo hacer para que un brief sea exitoso.

Cuando tenemos una campaña en puerta lo primero que tenemos que hacer  es preparar el brief. Pero antes de sentarnos a escribir es importante  que conozcas algunas de sus reglas básicas:

  • Un ping-pong. Se redactan preguntas para responder junto al cliente
  • Tiene que ser breve. No hace falta escribir una enciclopedia
  • Es organizador. Su función principal es ordenar las ideas
  • Una inyección de creatividad. La información que nos da, nos inspira
  • No lo tomemos como un ancla. Tampoco hay que atarse al brief 100%
  • Funciona como termómetro. Después de un tiempo nos ayuda a evaluar la idea original

Y para darte un último empujón y te animes, te dejamos las preguntas que un buen brief tiene que tener:

  1. ¿Qué queremos comunicar?
  2. ¿A quiénes impactamos?
  3. ¿Cuál es el contexto?
  4. Tono: ¿de qué manera queremos comunicarlo? ¿Cómo queremos que se sientan los destinatarios? ¿Qué actitud queremos reforzar? y ¿Cuál es la actitud que queremos cambiar?
  5. ¿Qué esperamos que hagan luego de la comunicación?
  6. ¿Cuál es rol de la comunicación en esta campaña?
  7. ¿Por qué canales vamos a comunicar?
  8. ¿En qué plazos o tiempos?
  9. ¿Con qué presupuesto contamos?

El brief clarifica, focaliza e inspira. Nos proporciona el marco creativo y los acuerdos alcanzados para movernos con soltura (claro está que dentro de los límites establecidos por el brief) y pensar nuestra campaña de comunicación.  Es nuestro escudo para que la frase tan temida y dolorosa “no es lo que tenía en mente” no llegue a nuestros oídos.  Insisto, tomate un tiempo y ponelo en práctica. No te vas a arrepentir.

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¡Gracias!…

Empezar con más preguntas que respuestas puede ser frustrante cuando se trata de planificar el trabajo del año en comunicación interna (CI). Por lo general, muchos de los planes de CI que pueden verse dando vueltas por el mundo corporativo terminan agotándose en una buena cantidad de acciones calendarizadas. A veces con precisión quirúrgica, y otras con una gran dosis de buenas intenciones.

El dilema está entonces en pensar y comprender cuándo el plan de CI se transforma realmente en una herramienta estratégica de gestión que contribuye al negocio desde la mejora de la productividad, el engagement de los colaboradores, y la viralización de los patrones culturales deseados.

En los últimos años la Comunicación interna está puesta en discusión por todas las áreas organizacionales. Están los que la defienden a capa y espada, los que no encuentran valor agregado en la función, y aquellos que la reconocen como un simple conjunto de tácticas que acompañan el ritmo de los tiempos actuales, donde está bien visto brindar toda la información posible a los colaboradores. En un escenario así, resulta imprescindible devolver a la CI el lugar estratégico con el que fue concebida.

Sin duda, el primero de los problemas con los que se enfrenta la planificación de la comunicación interna está en la ausencia de objetivos claros, cuando no en la ausencia de ellos (al menos explícitamente declarados en el plan). De este modo, los responsables de comunicación se encuentran solos frente a un conjunto de acciones inconexas; esas a las que en la jerga se les llaman acciones cosméticas.

Por regla general, ningún plan puede ser estratégico si no tiene objetivos claramente definidos con su correspondiente instancia de medición y tracking. Definir los 3 o 4 objetivos clave del año es el punto inaugural de un Plan Estratégico de Comunicación Interna. El identificarlos correctamente dependerá de un trabajo arduo que contemple la identificación de los objetivos del negocio, los objetivos clave de cada una de las áreas de la organización, y las necesidades de comunicación que manifiesten los colaboradores.

Salirse del plano táctico para entrar en un posicionamiento estratégico cuesta trabajo. Estamos más familiarizados con el pensamiento a corto plazo que con el proyectar escenarios a futuro. Por esto es imprescindible contar con la visión del negocio a los próximos 5 o 10 años, lo que nos permitirá corrernos por unas horas de la inmediatez, y pensar la estrategia central del plan. Una vez definida, podemos pasar al siguiente paso, que es en realidad el segundo de los ausentes más comunes en la planificación de CI: los mensajes clave.

Así como deberíamos evitar hablar cuando no sabemos qué vamos a decir, tendríamos que hacer lo mismo antes de diseñar y presentar nuestro plan. En otras palabras, si queremos que nuestro Plan de CI no sea visto como un conjunto de acciones cosméticas, y altamente prescindibles frente a cualquier crisis, necesitamos mostrar el componente estratégico del plan. Y en este punto entran los mensajes clave, desde su definición hasta su vinculación explícita con cada una de las acciones propuestas.

Conociendo los mensajes clave definidos por la Alta Dirección, debemos preguntarnos ¿Cómo cascadeamos estos mensajes en las acciones del año?¿Contamos con los canales correctos para hacer llegar estos mensajes a los equipos?¿Cómo opera cada mensaje en las herramientas y campañas de comunicación de las que disponemos? Y otras tantas preguntas que le darán coherencia estratégica a nuestro plan.

Ahora sí, llega el momento de calendarizar las acciones, definir los responsables de directos e indirectos de cada proyecto, pero esta vez sabiendo a ciencia cierta los objetivos que debemos alcanzar, la estrategia para alcanzarlos, y los mensajes clave que deberemos vehiculizar durante la ejecución.

El último paso, y no por eso menos importante, es el tema de establecer el presupuesto por proyecto. Si la estrategia trazada para nuestro Plan es sólida, la inversión que se realizará sobre cada acción debería permitirnos ajustar eficientemente las tácticas o medios para llegar a las metas propuestas, con un coeficiente de relación inversión/beneficio alto.

En concreto, lo que diferencia un Plan Táctico de CI de un Plan Estratégico de Comunicación Interna es la posibilidad de medir concretamente el retorno simbólico sobre la inversión, y mucho mejor, el impacto sobre la productividad y los resultados del negocio….

Llega fin de año y es una gran oportunidad para decirle gracias a todos los que nos aportaron su tiempo, su energía y su talento para llegar hasta acá.

En tiempos en que la gestión de la felicidad cobra cada vez más sentido, el simple acto de agradecer a nuestros colaboradores se transforma en uno de los gestos institucionales más nobles. No se trata de organizar el gran evento de fin de año, ni de armar una súper-mega producción. Sólo se necesita decir “gracias”.

¿Cuándo fue la última vez que te acercaste hasta el puesto de tu compañero o colaborador, para decirle cara a cara lo mucho que te ayudó a cumplir con el proyecto que te habían encomendado? ¿Hace cuánto que no le decís a esa persona que hace tu trabajo más simple lo  importante que es para tu función en la empresa?

Sí hacés memoria, seguramente pasó mucho tiempo de esto. Claro, sin dudas podés decir que todos tus emails, o tus conversaciones terminan con un “gracias”. Pero seamos honesto, la mayor parte del tiempo, ese agradecimiento no es más que un protocolo de formalidad.  El desafío entonces está en lograr que el “gracias” tome una nueva dimensión.

Algunas de las mejores prácticas que pude observar en distintas compañías son muy simples, y prácticamente no tienen costo. Les dejo algunas de las más interesantes.

1 – Photothanks: es tan simple como tomar una hoja y escribir gracias. Con la hoja en la mano cada colaborador se saca una foto y luego se la envía por correo electrónico a aquellas personas que realmente aportaron valor a su trabajo. Bien sencillo y sin costo. Además, suma el hecho de poder verse la cara cuando se trabaja con dispersión geográfica.

2 – El muro de los agradecimientos: se coloca una gran pizarra o tira de papel sobre una pared de la compañía en espacios de circulación común. Cada colaborador puede dejar su agradecimiento escrito nombrando a las personas o equipos con quienes trabajó intensamente durante el año, personalizando el mensaje.

3 – Tarjetas Felices: mandás a hacer una plancha de tarjetas de 9×6 cm. cada una, con caritas felices tipo emoticons, y dejás un espacio destinado libre para poner “De” y “Para” con alguna frase de agradecimiento corta. Cada colaborador recibe hasta 10 tarjetas que puede regalar a las personas con las que compartió distintos proyectos en el año. Además, la acción propone moverse de un escritorio o puesto hacia otro para entregar en mano la tarjeta.

Y como estas actividades hay miles. Lo importante es aprovechar el momento del año, y poder darle un “gracias” sincero y distinto a toda esa gente que compartió tu esfuerzo y dedicación.

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En los últimos años muchas organizaciones han invertido tiempo y recursos en el desarrollo de su intranet corporativa con características sociales. Sin embargo, cuando se enfrentan a la medición de resultados, hay un importante gap entre los objetivos propuestos y los indicadores relevados. Entre los datos más trascendentes que arroja el mercado, más del 60% de los colaboradores utiliza la intranet para descargar formularios, o bajarse una plantilla de PowerPoint, y gestionar trámites relativos a recursos humanos. En este escenario, el uso de la herramienta como plataforma estratégica de comunicación interna es cuanto menos anecdótico.

¿Por qué sucede esto? A priori por las tres mismas razones que hace 10 años atrás. No hay quién actualice la información, lo que se publica no tiene relevancia estratégica para los colaboradores, y finalmente, existe un profundo pero no reconocido convencimiento de que los empleados no utilizan la herramienta como plataforma de comunicación interna. Entonces ¿cómo pueden ayudarnos los blogs internos a dar el próximo paso hacia una intranet social?

La primera pregunta que podemos hacernos es ¿qué pasaría si democratizamos la comunicación interna entregando a todas las áreas de la organización la posibilidad de generar sus propios contenidos? ¿Cuánto se enriquecería nuestra comunicación interna si toda la compañía pudiese abrir un diálogo frecuente y transversal a todas las áreas del negocio? ¿En cuánto se incrementaría el nivel de engagement, si los colaboradores pudiesen tener un canal de contacto directo con los líderes organizacionales?

Sí, son muchas preguntas. Por eso les propongo comenzar planteando cinco ventajas del blogging como herramienta estratégica de comunicación interna:

Permite la actualización constante

Al no haber un único emisor responsable por la actualización de la información, se obtiene un flujo constante de información, y se favorece la co-creación de contenidos. Lo único que hay que tener en cuenta es planificar los días de actualización por áreas y personas para evitar caer en una entropía comunicacional.

Fomenta la cultura del diálogo

El blogger quiere recibir comentarios, preguntas, felicitaciones. Esto es una verdad innegable. Y cuando una organización empieza a bloggear, abre una puerta al diálogo (mediatizado, sí) entre sus colaboradores más allá de las distancias y los cargos. Muchos de los CEOs que hoy utilizan el blogging como herramienta de comunicación directa con sus equipos, se toman al menos 1 día por semana para responder personalmente comentarios que hacen sus colaboradores.

Pone a circular información de primera mano

Al darle la posibilidad a las áreas y a nuestros colaboradores de ejercer su derecho y responsabilidad comunicacional, estamos dotando a toda la organización de la capacidad de informar en primera persona, evitando en muchas oportunidades el cascadeo ineficiente de la información.

Comunicación en tiempo real vs la revista o el newsletter

El blogging permite comunicar a tiempo las novedades organizacionales, mejorando los tiempos entre que las cosas suceden, dan vueltas por radio pasillo, y se comunican oficialmente por medio de las revistas institucionales o el newsletter corporativo. Cómo me dijo un colaborador de una gran compañía multinacional “hay que evitar que la comunicación oficial siempre sea post mortem”.

Cultura colaborativa

Una vez que la cultura del blogging y la participación se instalan como parte de la cultura organizacional, las personas se muestran más propensas a cooperar y co-crear. De esta manera, se puede comenzar a innovar e invertir en herramientas colaborativas con la tranquilidad de que el ROI que se obtenga será alto.

Y este post no estaría completo, si no dijese que los primeros que deben comprometerse con cualquier iniciativa de intranet social son los líderes organizacionales, desde el CEO hasta el Supervisor, dando el ejemplo al resto de la compañía. Sin su compromiso, el esfuerzo puede llegar a ser frustrante.

¿Qué otras ventajas creen ustedes que puede proporcionar el blogging interno?

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Por favor respiren. Tomen aire. Exhalen. Ahora los invito a hacer una reflexión ¿Por qué aún hoy, en los años dorados de la modernidad líquida, cuando hablamos de comunicación interna (CI) se nos viene a la mente el paradigma instrumentalista? ¿Cómo es posible que en estos tiempos, los planes estratégicos de CI continúen teniendo sus tácticas más destacadas sobre los canales formales? La respuesta sin duda es compleja, pero me gustaría compartir con ustedes tres indicadores que, en mi experiencia, podrían ayudarnos a pensar sobre el tema.

 Tres puntos para pensar el futuro

El primero de ellos considero que proviene de la adolescencia de la práctica organizacional en CI. En efecto, el interés por trabajar profesionalmente los campos simbólicos internos de las organizaciones tiene poco más de 30 años de desarrollo. Y como siempre, partiendo del plano teórico, para recién entrar en la práctica concreta en los últimos 20 años de la mano de unos pocos líderes innovadores y pioneros en el campo del management del nuevo milenio.

El segundo punto es la ausencia de espacios formales que impulsen una práctica real de la escucha activa en las organizaciones. DesdeAB Comunicaciones hemos realizado alrededor de 40 diagnósticos de comunicación interna y cultura organizacional en compañías de primera línea, nacionales e internacionales, y puedo afirmarles que 8 de cada 10 colaboradores piden, desde hace ya bastante tiempo, trabajar más sobre la comunicación interpersonal. Y en este sentido la CI en las organizaciones tiene que superarse.

Los planes estratégicos de comunicación siguen atados en un 80/20 a la difusión de información por distintos canales, pero hay una gran desatención de los espacios de comunicación cara a cara. Por supuesto, existen muchas y valiosas iniciativas al respecto, pero es función de la CI desarrollar estos espacios y volverlos más participativos y democráticos. Aún hoy tenemos la deuda de equilibrar la balanza entre difusión y comunicación. De otro modo, estaremos sosteniendo por acción u omisión, una posición instrumental sobre el valor estratégico de la comunicación interna para el desarrollo organizacional.

De hecho, si nos ponemos a revisar el desarrollo de canales, podemos encontrar desde el tradicional house organ, hasta aplicaciones móviles para vehiculizar los mensajes que las compañías quieren llevar a sus colaboradores. Y sin embargo, la necesidad de desarrollar espacios de diálogo interpersonal sigue tan presente como antes. En algún punto de la práctica, la mediatización comunicacional se olvidó de dar paso al sentido último de la acción: comunicarnos.

El tercer y último punto es el que nos viene ocupando desde hace años en lo personal como en lo profesional. Se trata de la coherencia y la ética de nuestra función como comunicadores internos.

Sin lugar a dudas, toda la sociedad está reclamando a viva voz que sus líderes hagan lo que predican. Y esta realidad no escapa al mundo organizacional. De hecho pasamos la mayor parte de nuestro tiempo de vigilia dedicadas al trabajo. Y en este sentido, hoy continúo viendo con preocupación cómo se invierte en discursos y canales que no se condicen con la realidad organizacional. Entonces, aún hoy pretendemos que la comunicación interna siga siendo una herramienta de persuasión instrumental ejecutada desde la visión acotada de los canales.

Creo que tenemos una gran obligación ética en este punto, y es la de fomentar espacios de reflexión organizacional con líderes, mandos medios, y colaboradores de base que pongan en juego las tensiones existentes entre el decir y el hacer, para construir opciones superadoras.

¿Cuál es el siguiente paso de la comunicación interna?

Todos los que aportamos de alguna u otra manera a este campo, tenemos como deber ayudar a las organizaciones a superar el paradigma instrumental que se le ha impuesto a la comunicación interna. Habremos logrado avanzar en esta tamaña aventura cuando nos encontremos diseñando planes estratégicos de CI donde la relación canales/comunicación interpersonal se equilibre, garantizando la coherencia entre los discursos y los hechos, fomentando la escucha activa en todos los niveles de la organización, y por supuesto, midiendo con indicadores concretos el aporte de valor estratégico que la CI crea para alcanzar las más desafiantes visiones organizacionales.

¿Ustedes qué opinan? ¿Cuál es el siguiente paso?

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Aprendemos haciendo, no caben dudas: cada experiencia nos regala un poco de sabiduría.

Cuando niños, los primeros juguetes nos brindaban información valiosa sobre lo áspero y lo suave. Lo pesado y lo liviano. Lo cercano y lo distante. Pero, sobre todo, nos abrían la posibilidad de conocer un mundo nuevo: cómo pueden nuestras manos manipular objetos, nuestros ojos percibir colores y nuestros oídos identificar melodías.

Más grandes, jugando con amigos. Aprendimos a compartir y, bueno, también a no compartir: forjamos una personalidad e interpretamos la de los demás. En un diálogo constante con gustos e intereses propios y ajenos. Nuestra vida es un gran proceso de comunicación.

Y ya de adultos, cuando nos quisimos acordar, nos encontramos con una agenda repleta de citas, reuniones, compromisos y más compromisos. Y no percibimos que estamos dejando pasar la posibilidad que nos da el juego de conocernos mejor a nosotros mismos, a los demás y a nuestro entorno.

¿Dónde fue a parar esa capacidad de aprender jugando? Bueno, en realidad, a ningún lado. Nunca se fue, está en nuestro interior y podemos volver a disfrutarla.

¿Vale la pena incluir  en lo laboral el espacio de juego?

Creemos que sí. Y que los resultados pueden ser más que positivos. Con una adecuada estrategia de comunicación es posible capitalizar nuestras características humanas para que la gente en tu empresa encuentre espacios que posibiliten arribar a conclusiones importantes, pero por un camino distinto.

Cuando gestionamos un encuentro lúdico con un objetivo bien determinado, facilitamos los diálogos generando encuentros. Todas las personas de la empresa son responsables de la comunicación, y los líderes aún más. Y como tales, recorren un aprendizaje continuo en el cual ponen en juego sus habilidades como gestores emocionales.

El juego nos entusiasma, nos moviliza y nos libera de ataduras, nos propone una situación que nos conecta con fibras sensibles que fluyen en libertad. Si combinamos una consigna desafiante, mucho de trabajo en equipo y una pizca de competencia…

El desafío de gestionar estas estrategias de comunicación no descansa plácidamente en hacer que el mensaje llegue. Eso es fácil. El apasionante proceso de la comunicación no se agota en lo dicho o en lo hecho, apenas allí comienza la maravillosa construcción.

El gran objetivo es hacer que los protagonistas crean en el mensaje porque lo han descubierto por sí mismos.

Algunos tips para tener en cuenta:

1- Crear el clima: procurar el espacio adecuado y comunicar claramente los objetivos;

2-Disminuir la improvisación: La actividad lúdica, el juego, busca un objetivo claro, por lo tanto requiere de una mirada estratégica;

3-Respetar las personalidades de los participantes: la idea es incluir, fomentando la comunicación entre todos, ¡incluyendo excéntricos y tímidos!

4-Abordar las conclusiones de manera participativa: Es importante acompañar a los participantes en el proceso de reflexión final, procurando que puedan manifestar lo que han descubierto.

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¿Te animás a jugar como chicos para reflexionar como grandes?

Invitemos a otros compartiendo esta nota en tus redes sociales.

¡Gracias!…